La Creación de Cuicatl: Un Alebrije de Pasión y Arte en Ciudad de México

Manuel Godínez, un apasionado profesor de Arte y arquitecto de profesión, ha dedicado meses de esfuerzo y creatividad para dar vida a un alebrije único, que se unirá al desfile de alebrijes monumentales en la Ciudad de México. Su creación, llamada Cuicatl o canto florido en náhuatl, mide impresionantes 2 metros 20 de alto y pesa 150 kilos.

Un Experimento en Solitario

Este proyecto representa un desafío personal para Manuel, quien generalmente colabora con sus alumnos en la creación de alebrijes. Cuicatl es su décimo tercera creación y su primera incursión en el mundo de los alebrijes en solitario. A lo largo de tres meses, trabajó meticulosamente en su garaje en el municipio de Nezahualcóyotl, dando vida a esta asombrosa pieza.

«Es un excelente experimento para saber qué cosas puedo hacer yo solo. Normalmente lo hacía con mis alumnos, y éramos como 200 personas dándole todos a la vez. Pero este es completamente mío y me ha hecho darme cuenta de lo que puedo hacer», compartió Manuel.

Cuicatl combina elementos del folclore mexicano con la pasión de Manuel por la cultura del rock de los años 70. Esta fusión da como resultado una pieza «llena de vida y color». El alebrije presenta a un gallo tocando la guitarra, incluyendo detalles sorprendentes como manos de rana negras y rojas, pantalones entubados y botas que evocan a figuras icónicas del rock como Gene Simmons de Kiss y Alex Lora de El Tri.

Un Detalle Inusual: La Guitarra-Planta

Uno de los detalles más intrigantes de Cuicatl es su guitarra, que en lugar de parecer una guitarra tradicional, se asemeja a una planta de girasol, con el tallo largo y verde actuando como el mástil, y la boca del instrumento semejando el pistilo de la flor. Este cambio inusual en el diseño fue una evolución orgánica del proyecto. Manuel explicó: «El instrumento fue cobrando vida. Poco a poco comenzó a asemejarse más a una planta que a una guitarra».

El Proceso Creativo de un Alebrije

La creación de un alebrije comienza con una idea que combina elementos característicos de estos seres, como colores vibrantes y partes de diferentes animales, con un toque personal que lo haga destacar. Luego, se construye una estructura metálica que debe ser resistente y maniobrable. A continuación, se aplica una serie de capas de engrudo, que actúa como la «piel» del alebrije, seguido de la pintura que le da vida.

Este proceso puede llevar varios meses de trabajo y gastos. Manuel dedica todas las horas posibles a su creación, y uno de los momentos más gratificantes es ver la reacción de las personas en la calle cuando el alebrije sale a pasear. «Ver a las personas por la calle cuando lo llevas, eso es más importante que ganar», destacó Manuel.

La creación de Cuicatl es un testimonio de pasión, creatividad y perseverancia, un homenaje a la riqueza del arte mexicano y la imaginación de su creador.