La fiebre del litio en Sudamérica: Chile mantiene el liderazgo, pero Bolivia y Argentina avanzan

El litio, conocido como «oro blanco» por su importancia en la transición energética global, ha puesto a Sudamérica en el centro de atención. Mientras que Chile sigue siendo el principal productor de la región, el panorama está cambiando con Bolivia

25/09/2024Santiago JacquatSantiago Jacquat

El litio, conocido como «oro blanco» por su importancia en la transición energética global, ha puesto a Sudamérica en el centro de atención. Mientras que Chile sigue siendo el principal productor de la región, el panorama está cambiando con Bolivia y Argentina ganando terreno gracias a millonarias inversiones.

Chile: el gigante del litio que enfrenta nuevos retos

A pesar de una caída en su participación en la producción global de litio —del 40% en la década de 2000 al 24% en la actualidad— Chile sigue liderando en Sudamérica. En 2023, el país produjo 270,947 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE), manteniéndose como un jugador clave en el mercado internacional, solo por detrás de Australia, que ahora controla el 47% de la producción global.

Aún así, Chile no está exento de desafíos. Las exportaciones de litio chileno alcanzaron los 7,823 millones de dólares en 2023, un 4% menos que el año anterior, y en los primeros meses de 2024 se registró una disminución del 65% en ingresos debido a la baja en los precios del litio.

A pesar de esta desaceleración, Chile sigue siendo un país crucial en la industria con el 34% de las reservas mundiales de litio. Empresas como SQM están invirtiendo en nuevas infraestructuras, como la construcción de una planta que permitirá la producción de 40,000 toneladas de litio refinado bajo los estándares internacionales. Se espera que esta planta, en funcionamiento en 2026, ayude a mejorar la posición chilena en el mercado.La fiebre del litio en Sudamérica: Chile mantiene el liderazgo, pero Bolivia y Argentina avanzan

Estrategia a largo plazo de Chile

Con la proyección de producir entre 275,000 y 285,000 toneladas de LCE entre 2024 y 2025, Chile busca mantener su liderazgo. El gobierno del presidente Gabriel Boric lanzó la Estrategia Nacional del Litio, que busca fortalecer la competitividad del país mediante la colaboración público-privada. Esta estrategia pretende aprovechar al máximo las reservas del país y asegurar su posición en el mercado global.

Bolivia: un futuro prometedor impulsado por alianzas estratégicas

Bolivia, que cuenta con aproximadamente el 30% de las reservas mundiales de litio, está comenzando a tomar un rol más activo en el mercado. Aunque su producción actual es modesta comparada con Chile, Bolivia ha atraído la atención de grandes potencias como Rusia, China e India, que buscan aprovechar sus bajos costos operativos y abundantes recursos.

Un ejemplo clave es el reciente acuerdo entre la empresa rusa Uranium One Group y Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para la construcción de una planta de extracción y carbonatación de litio en el Salar de Uyuni. Con una inversión de más de 950 millones de dólares, esta planta producirá 14,000 toneladas de litio al año, una cifra que permitirá a Bolivia aumentar significativamente su producción diaria, pasando de 3 a 13 toneladas.

Además, Bolivia ha firmado importantes acuerdos con empresas chinas y una compañía india para el desarrollo de tecnología en la fabricación de baterías de ion de litio, lo que refleja su ambición de convertirse en un competidor clave en la industria.

Argentina: un actor en ascenso

Argentina también ha mostrado un notable crecimiento en el mercado del litio. En 2023, el país produjo entre 65,000 y 70,000 toneladas de carbonato de litio y, con la apertura de nuevas plantas, se espera que esa cifra aumente a 136,500 toneladas anuales. Para 2024, se prevé que la producción aumente con 25,000 toneladas adicionales gracias a nuevos proyectos.

El futuro del litio en Sudamérica

Con Chile buscando mantenerse en la cima, Bolivia apostando por sus vastas reservas y Argentina creciendo rápidamente, Sudamérica se ha convertido en un campo de batalla estratégico para el «oro blanco». Las inversiones y alianzas internacionales están remodelando el mercado, y el continente parece tener un papel clave en la transición energética global.

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