Crisis de salud en EE. UU.: Años de vida más largos, pero con enfermedades

Un reciente estudio de la American Medical Association reveló una alarmante realidad sobre la salud de los estadounidenses: viven, en promedio, 12,4 años con enfermedades, una cifra que no solo lidera el mundo, sino que también refleja una creciente brecha entre la esperanza de vida y la calidad de vida. Aunque la esperanza de vida ha aumentado, muchas personas atraviesan gran parte de esos años enfrentando diversas condiciones de salud. En este artículo, exploraremos cómo este fenómeno afecta a la sociedad estadounidense, sus implicancias globales y cómo está relacionado con la crisis del sistema de salud, ejemplificada por el asesinato del CEO de UnitedHealthcare.

Un aumento en los años de vida enfermos

Según el estudio de la American Medical Association, los estadounidenses pasan más años enfermos que cualquier otra nación, con un promedio de 12,4 años. Este fenómeno, conocido como "healthspan-lifespan gap", refleja la diferencia entre los años vividos con buena salud y la esperanza total de vida. A pesar de que la esperanza de vida ha crecido levemente (de 79,2 a 80,7 años para las mujeres, y de 74,1 a 76,3 años para los hombres), esta mejora no ha sido acompañada de un aumento proporcional en la calidad de vida.

Factores que influyen en los años enfermos

Las principales causas de este fenómeno incluyen los trastornos mentales, el abuso de sustancias y las enfermedades musculoesqueléticas. Estos problemas de salud afectan cada vez a más personas en el país, especialmente en un contexto donde la atención médica no siempre está al alcance de todos debido a los altos costos y las políticas de las aseguradoras privadas.

La brecha de salud es particularmente pronunciada entre las mujeres estadounidenses, que experimentan 2,6 años más que los hombres en cuanto a los años vividos con enfermedades. De acuerdo con el estudio, las mujeres pasan 13,7 años con problemas de salud, un porcentaje considerablemente más alto que el promedio global.

Comparaciones internacionales: ¿Cómo se posiciona EE. UU.?

Aunque otros países como Australia (12,1 años) y Nueva Zelanda (11,8 años) también presentan cifras elevadas en cuanto a los años vividos con enfermedades, Estados Unidos sigue siendo el país con la brecha más amplia en términos de "healthspan-lifespan gap". En contraste, naciones de África, como Lesoto y Somalia, muestran una diferencia mucho menor, con aproximadamente 6,5 años de "gap".

Este fenómeno refleja no solo los estilos de vida, sino también la estructura de los sistemas de salud y las políticas públicas en cada país. Mientras algunos países están adoptando medidas preventivas para mejorar la calidad de vida, Estados Unidos sigue luchando con los altos costos médicos y la ineficiencia de su sistema de salud.

La crisis del sistema de salud: Caso UnitedHealthcare

La reciente crisis de salud en EE. UU. se ve reflejada en el asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, uno de los mayores proveedores de seguros médicos en el país. Este evento ha desatado una ola de indignación, pues muchos estadounidenses culpan a las aseguradoras privadas de contribuir al alto costo de la atención médica y las denegaciones de cobertura.

El caso de Thompson, ocurrido en diciembre de 2024, dejó al descubierto un creciente malestar en la población, especialmente entre aquellos que han sufrido lesiones o enfermedades sin recibir la atención adecuada. El acusado del crimen, Luigi Mangione, de 26 años, llevaba consigo un documento en el que cuestionaba las corporaciones y el sistema de salud. Aunque no está claro si su problema de salud, una lesión en la espalda, estuvo directamente relacionado con el acto, este incidente subraya la frustración generalizada con el sistema de salud estadounidense.

¿Qué significa esto para el futuro?

La creciente brecha entre los años vividos con buena salud y la esperanza de vida es un desafío para los sistemas de salud, especialmente en un país como Estados Unidos, donde la atención médica es una de las más caras del mundo. Para abordar este problema, se deben implementar políticas públicas que prioricen la prevención de enfermedades y el acceso a tratamientos más asequibles y eficaces.

En este contexto, es fundamental que los sistemas de salud apunten a mejorar la calidad de vida en lugar de centrarse únicamente en aumentar la esperanza de vida. Esto implica un enfoque integral que incluya la promoción de hábitos saludables, la mejora en el acceso a la atención médica y la implementación de programas preventivos que reduzcan la carga de enfermedades a largo plazo.

 
Este estudio y la crisis relacionada con el sistema de salud estadounidense sirven como recordatorio de la importancia de tener sistemas de salud eficientes y accesibles, y la necesidad de repensar cómo mejorar la calidad de vida en lugar de solo prolongar los años vividos.