El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reveló un preocupante aumento de la pobreza en Argentina durante el primer semestre de 2024. Según el estudio, más del 52% de la población urbana se encuentra bajo la línea de pobreza, afectando a más de 15 millones de personas. De este grupo, alrededor de 5 millones viven en la indigencia, sin poder cubrir ni siquiera una canasta básica de alimentos.
Aumento de la pobreza e indigencia
Las cifras del INDEC marcan un deterioro alarmante en la calidad de vida del país. Comparado con el cierre de 2023, la pobreza ha crecido 11 puntos porcentuales, pasando del 41,7% al 52,9%. La indigencia también se incrementó en un 6%, alcanzando el 18,1%. Este aumento se da en un contexto de alta inflación y crisis económica.
El informe se basa en la Encuesta Permanente de Hogares, que recoge datos de 31 ciudades del país, reflejando la situación en más de 4,3 millones de hogares. Dentro de estos, 1,3 millones están en condiciones de indigencia.
Desfase entre ingresos y el costo de vida
El estudio revela una profunda brecha entre los ingresos de las familias y el costo de la canasta básica. Los hogares pobres tienen ingresos promedio de $407.171 mensuales, mientras que necesitarían $709.318 para cubrir las necesidades mínimas. Esto representa un déficit del 42,6%. En los hogares indigentes, la diferencia también es considerable: sus ingresos son de $232.453, pero necesitan $349.073 para adquirir alimentos esenciales, con una brecha del 33,4%.
Este desfase se explica por la rápida suba de precios. Durante el semestre, los ingresos familiares crecieron un 87,8%, pero la canasta básica alimentaria aumentó un 115,3% y la canasta total subió un 119,3%.
Zonas más afectadas y grupos vulnerables
El impacto de la pobreza varía según la región. Las áreas más golpeadas son el Noreste (NEA), donde el 62,9% de la población vive en pobreza, y el Noroeste (NOA) con un 57%. En contraste, la Patagonia y la región Pampeana muestran menores niveles de pobreza, con un 49,1% y 49,9%, respectivamente.
Los niños y adolescentes son los más perjudicados. Más del 66% de los menores de 14 años viven en hogares que no cubren la canasta básica, mientras que entre los jóvenes de 15 a 29 años, el porcentaje de pobreza es del 60,7%. Para los adultos de 30 a 64 años, la cifra baja al 48,6%, y entre los mayores de 65 años, al 29,7%.
Factores detrás de la crisis
El aumento de la pobreza en 2024 se debe principalmente a la inflación, que acumuló un 144,4% hasta agosto. La devaluación de la moneda en diciembre de 2023 y las políticas de ajuste fiscal también influyeron. Estos factores redujeron el poder adquisitivo de los salarios, tanto formales como informales, lo que agravó la precarización laboral.
El desempleo aumentó al 7,7% en el primer trimestre de 2024, afectando a más de 1,6 millones de personas. El empleo formal perdió más de 60.000 puestos, mientras que el trabajo en negro creció en más de 300.000 personas.
Respuesta del Gobierno
El Gobierno de Javier Milei, en boca de su vocero Manuel Adorni, atribuyó la situación a la «herencia» recibida del gobierno anterior. Según Adorni, las políticas de ajuste fiscal han evitado una crisis mayor y han permitido una leve recuperación en los ingresos de los hogares a partir del segundo trimestre de 2024, cuando la inflación comenzó a desacelerarse.
Entre las medidas sociales implementadas, el Gobierno destaca los aumentos en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, que subieron un 308% y 137,5% respectivamente. También se reforzó el Plan 1000 días, orientado al cuidado de madres y niños, con un incremento del 1126% en su financiamiento.
Perspectivas para el futuro
Aunque la inflación muestra signos de desaceleración, se prevé que la pobreza e indigencia continuarán siendo elevadas en el corto plazo. Algunos sectores, como la industria y ciertos servicios, han comenzado a recuperarse, pero el proceso de estabilización será lento y dependerá de las políticas económicas y sociales que implemente el Gobierno.
En definitiva, la situación en Argentina sigue siendo crítica, y la recuperación de las condiciones sociales y económicas parece un desafío de largo plazo.