Toyota Motor ha decidido dar un paso importante hacia el futuro de la movilidad con una inversión de 500 millones de dólares en Joby Aviation, una empresa estadounidense dedicada al desarrollo de taxis aéreos eléctricos. Este movimiento tiene como o
07/10/2024
Santiago Jacquat
Toyota Motor ha decidido dar un paso importante hacia el futuro de la movilidad con una inversión de 500 millones de dólares en Joby Aviation, una empresa estadounidense dedicada al desarrollo de taxis aéreos eléctricos. Este movimiento tiene como objetivo apoyar el lanzamiento de servicios comerciales de pasajeros en estos innovadores vehículos, que se prevé puedan comenzar a operar en 2025.
Esta inversión, que será entregada en dos partes iguales entre 2024 y 2025, busca impulsar a Joby en dos aspectos cruciales: la certificación y la producción de sus taxis aéreos eléctricos. Toyota ya es el principal inversor externo de la empresa, habiendo inyectado anteriormente 394 millones de dólares en 2020. La empresa japonesa busca consolidar su apuesta por los nuevos modelos de transporte, especialmente aquellos enfocados en la sostenibilidad.
El avión de Joby, diseñado para llevar a cuatro pasajeros y un piloto, puede alcanzar velocidades de hasta 200 millas por hora y ha demostrado ser capaz de cubrir más de 150 millas con una sola carga en pruebas anteriores. La compañía ha anunciado que planea comenzar sus operaciones comerciales en Dubái para finales de 2025, conectando el aeropuerto internacional de la ciudad con la famosa isla artificial Palm Jumeirah.
El CEO de Toyota en Norteamérica, Tetsuo Ogawa, destacó que este tipo de transporte puede ser clave para resolver los problemas actuales de movilidad. El respaldo a Joby no solo apunta a mejorar la accesibilidad en zonas urbanas congestionadas, sino también a ofrecer soluciones más ecológicas en comparación con los transportes tradicionales.
Joby, fundada hace 15 años, ha sido una de las compañías más atractivas en el sector de los taxis aéreos eléctricos. En 2021, la empresa salió a bolsa tras fusionarse con una firma de adquisición especial, lo que la valoró en 6.600 millones de dólares. A lo largo de los años, ha recibido inversiones de gigantes como Intel Capital, Uber y SK Telecom.
Además de su participación en Joby, Toyota ha estado apostando por otras tecnologías de transporte futurista, como la conducción autónoma y las baterías de estado sólido, a través de su fondo de capital riesgo, Toyota Ventures.
La inversión de Toyota llega en un momento en que las predicciones sobre el potencial de los taxis voladores eléctricos son optimistas. Según Morgan Stanley, este mercado podría alcanzar un valor de más de un billón de dólares para 2040. Empresas como Hanwha, de Corea del Sur, y Tencent, de China, también están apostando por este sector, invirtiendo en otras startups que desarrollan taxis aéreos.
La apuesta de Toyota por los taxis voladores eléctricos no solo refuerza su compromiso con la movilidad sostenible, sino que también marca un hito importante en el desarrollo de un sector que promete revolucionar el transporte en las próximas décadas. Con el respaldo financiero y tecnológico de grandes compañías, el sueño de volar por la ciudad en un taxi aéreo está cada vez más cerca de convertirse en realidad.
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