Reggaeton Be Gone: Una Solución Creativa a un Problema Cotidiano

Roni Bandini, músico y programador argentino, se encontró con el irritante problema de despertar cada día al ritmo del reggaetón a todo volumen proveniente de su vecino. En lugar de confrontar directamente al culpable, decidió abordar la situación de manera innovadora mediante el uso de inteligencia artificial (IA). Así nació «Reggaeton Be Gone».

La Creación del Dispositivo Autónomo

Inspirándose en el antiguo dispositivo TV-B-Gone, Bandini desarrolló un aparato autónomo capaz de detectar reggaetón y interferir en los altavoces Bluetooth hasta que la música se detenga. El proceso implicó entrenar a una IA para reconocer el género de reggaetón y luego escanear las señales Bluetooth para identificar el altavoz responsable.

Operación Autónoma y Controversia Ética

Una vez identificado el altavoz, Reggaeton Be Gone interfiere con él mediante el envío de múltiples paquetes y solicitudes de conexión, afectando la calidad del sonido o desconectándolo por completo. Aunque la recepción inicial fue positiva, surgieron preocupaciones éticas y legales sobre el uso de inhibidores de frecuencia. Bandini argumenta que su máquina no bloquea frecuencias, sino que interfiere con los altavoces inundándolos con solicitudes.

Apoyo y Humor en Medio de la Controversia

A pesar de las preocupaciones legales, Bandini ha recibido un amplio apoyo y humor por su invento. Compartió el tutorial, demostraciones y código en línea, y tiene planes de ofrecer talleres y conferencias sobre el tema. Además de Reggaeton Be Gone, Bandini ha creado otros dispositivos ingeniosos, mostrando su habilidad para combinar creatividad y tecnología de manera única y divertida.

Innovación Continua: Más Allá de la Controversia

Aunque su invento puede generar controversia, Roni Bandini demuestra su impacto en la cultura maker y la innovación tecnológica. Sus creaciones, como Rayuelomatic para leer «Rayuela» de Julio Cortázar, el muñeco Borgy reprogramado para recitar frases de Jorge Luis Borges, y Klausner Machine, capaz de «escuchar» a las plantas, destacan su habilidad para abordar problemas cotidianos de manera única y sorprendente.