La inclusión de mujeres y niñas en el ámbito científico trasciende la lucha por la igualdad de género, posicionándose como un pilar esencial para enfrentar los retos científicos contemporáneos. La diversidad en ciencia no solo enriquece el panorama investigativo con variadas perspectivas sino que combate los sesgos y desigualdades gestados en un ambiente de uniformidad.
Celebración de la mujer en la ciencia
Desde el 2015, la ONU celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, enfatizando la importancia de la igualdad de oportunidades y reconociendo las contribuciones femeninas al progreso científico. Este reconocimiento no solo fomenta la participación de las mujeres en ciencia sino que también, asegura que las futuras generaciones de niñas encuentren en estas disciplinas un camino viable y atractivo.
Cambiando el paradigma desde la academia
Norma Blazquez, de la UNAM, subraya cómo las aportaciones de mujeres científicas, han permitido cuestionar los fundamentos de la ciencia tradicional y abrir el campo a nuevas interrogantes y respuestas más acordes con la realidad social y diversa de la humanidad.
Rompiendo barreras y desmontando sesgos
La participación de las mujeres en las ciencias STEM ha propiciado un escrutinio de los sesgos de género preexistentes, llevando a la revisión de teorías, métodos y hasta el desarrollo de innovaciones más inclusivas. Estudios y descubrimientos, desde la epistemología feminista hasta las aplicaciones prácticas en medicina y tecnología, demuestran la riqueza que aporta la diversidad de género en la investigación.
Aún queda camino por recorrer
A pesar de los avances, la presencia femenina en la ciencia enfrenta obstáculos significativos, como la falta de referentes. En cuanto a este sentido, el retroceso en el interés de las mujeres por la ciencia desde 2020 es un llamado de atención sobre la necesidad de políticas activas y estrategias de difusión que promuevan una mayor participación femenina en estas áreas.
La lucha por la igualdad de género en la ciencia no solo es justa sino estratégica, ampliando el espectro del conocimiento y asegurando que los desafíos científicos del futuro sean abordados con la mayor riqueza de perspectivas posibles. La inclusión de las mujeres en la ciencia es, sin duda, un camino hacia un progreso más equitativo y representativo de las necesidades y capacidades de toda la humanidad.
